domingo, 28 de enero de 2018

Carta del Papa al Foro Económico Mundial, Davós, Enero '18


Al Profesor Klaus Schwab
Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial
Enero ‘18
Ante todo, quisiera darle las gracias por su amable invitación a dirigirme a la convención anual del Foro Económico Mundial, que tendrá lugar en Davos-Klosters, a finales de enero, sobre el tema «El Dominio de la Cuarta Revolución Industrial». Le hago presente mis mejores deseos por la fecundidad de este encuentro, que busca incentivar la continuidad social y la responsabilidad ambiental, por medio de un diálogo constructivo entre el gobierno, líderes empresariales y cívicos, así como también con distinguidos representantes de los sectores políticos, financieros y culturales.
Los albores de la así llamada «cuarta revolución industrial» han sido acompañados por una creciente sensación de la inevitabilidad de una drástica reducción del número de puestos de trabajo. Los últimos estudios conducidos por la Organización Internacional del Trabajo indican que, en la actualidad, el desempleo afecta a cientos de millones de personas. La «financialización» y la «tecnologización» de las economías globales y nacionales, han producido cambios de gran envergadura en el campo del trabajo. Menos oportunidades para un empleo satisfactorio y digno, conjugado con la reducción de la seguridad social, están causando un inquietante aumento de desigualdad y pobreza en diferentes países. Hay una clara necesidad de crear nuevas formas de actividad empresarial que, mientras fomentan el desarrollo de tecnologías avanzadas, sean también capaces de utilizarlas para crear trabajo digno para todos, sostener y consolidar los derechos sociales y proteger el medioambiente. Es el hombre quien debe guiar el desarrollo tecnológico, sin dejarse dominar por él.
A todos ustedes me dirijo una vez más: ¡No se olviden de los pobres! Este es el principal desafío que tienen ustedes, como líderes en el mundo de los negocios. «Quien tiene los medios para vivir una vida digna, en lugar de preocuparse por sus privilegios, debe tratar de ayudar a los más pobres para que puedan acceder también a una condición de vida acorde con la dignidad humana, mediante el desarrollo de su potencial humano, cultural, económico y social» (Encuentro con la Clase Dirigente y con el Cuerpo Diplomático, Bangui, 29 noviembre 2015).
Nunca debemos permitir que «la cultura del bienestar nos anestesie», volviéndonos incapaces de «compadecernos ante los clamores de los otros, de no llorar ante el drama de los demás ni de interesarnos de cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos incumbe» (Evangelium gaudium, 54).
Llorar por la miseria de los demás no significa sólo compartir sus sufrimientos, sino también y sobre todo, tomar conciencia que nuestras propias acciones son una de las causas de la injusticia y la desigualdad. «Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo» (Bula de indicción del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, Misericordia vultus, 15).
Una vez que tomamos conciencia de esto, llegamos a ser humanos más plenos, pues nuestra responsabilidad para con nuestros hermanos y hermanas es una parte esencial de nuestra humanidad común. No tengan miedo de abrir su mente y su corazón a los pobres. De este modo, ustedes podrán dar rienda suelta a sus talentos económicos y técnicos, y descubrir la felicidad de una vida plena, que no les puede proporcionar el solo consumismo.
Frente a los profundos cambios que marcan época, los líderes mundiales se enfrentan al reto de garantizar que la futura «cuarta revolución industrial», resultado de la robótica y de las innovaciones científicas y tecnológicas, no conduzca a la destrucción de la persona humana —remplazada por una máquina sin alma—, o a la transformación de nuestro planeta en un jardín vacío para el disfrute de unos pocos elegidos.
Por el contrario, el momento actual proporciona una valiosa oportunidad para guiar y gobernar el proceso ahora en curso, y construir sociedades inclusivas basadas en el respeto por la dignidad humana, la tolerancia, la compasión y la misericordia. Les insto, pues, a afrontar de nuevo el diálogo sobre cómo construir el futuro del planeta, «nuestra casa común», y exhorto a ustedes a hacer un esfuerzo unido para lograr un desarrollo sostenible e integral.
Como he señalado muchas veces, y lo reitero ahora con mucho gusto, la actividad empresarial es «una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos», especialmente «si entiende que la creación de puestos de trabajo es parte ineludible de su servicio al bien común» (Laudato si’, 129). Como tal, tiene la responsabilidad de ayudar a superar la compleja crisis de la sociedad y del medio ambiente, y luchar contra la pobreza. Esto hará que sea posible mejorar la precaria condición de vida de millones de personas y cerrar la brecha que da lugar a numerosas injusticias, que erosiona los valores fundamentales de la sociedad, como la igualdad, la justicia y la solidaridad.
De este modo, a través del recurso privilegiado al diálogo, el Foro Económico Mundial puede convertirse en una plataforma para la defensa y protección de la creación, como también para la consecución de «un progreso más sano, más humano, más social, más integral» (Laudato si, 112), teniendo además debidamente en cuenta los objetivos ambientales y la necesidad de maximizar los esfuerzos para erradicar la pobreza, como se establece en el Programa para el Desarrollo Sostenible de 2030 y en el Acuerdo de París establecido en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Señor Presidente, renovando mis mejores deseos para el éxito de la próxima reunión en Davos, invoco sobre Ud. y sobre todos los participantes en el Foro, junto con sus familias, la abundante bendición de Dios.
Papa Francisco


Entrevista al Papa en el Avión, Regreso a Roma; Enero 22 '18


El Papa habla en el avión de regreso a Roma sobre Karadima, Maradiaga y la Amazonía
Francisco, en el vuelo: “Pido perdón si he herido a las víctimas de abusos con mis palabras sobre el caso Barros”
“No puedo condenarlo, no cuento con evidencias, y me he convencido de que es inocente”
Jesús Bastante, 22 de enero de 2018 a las 16:30

http://www.periodistadigital.com/imagenes/2016/11/01/el-papa-habla-en-el-vuelo_560x280.jpgEl Papa habla en el vuelo Agencias                                                                        Víctimas de Karadima valoran el gesto del Papa, pero exigen "la destitución de los obispos encubridores"
(Jesús Bastante).- Un "viaje pasteurizado", pasando del frío al calor, y viceversa. Así ha definido el Papa Francisco su viaje a Chile y Perú, durante la tradicional entrevista en el vuelo de vuelta. Una entrevista que debió interrumpirse debido a las turbulencias, y que dio la curiosa imagen de un Pontífice sentado junto a los periodistas.
Durante la misma, el Papa pide "perdón si he herido a las víctimas de abusos" con sus palabras sobre el 'caso Barros', aunque subraya que él quiso hablar de 'evidencias' y no de 'pruebas'. En este sentido, Francisco es claro: "No puedo condenarlo, no cuento con evidencias, y me he convencido de que es inocente". La entrevista estuvo marcada por el tema Barros, el caso Sodalicio, y la política eclesiástica contra la pederastia.
"El caso de Barros se estudió, se re-estudió y no hay evidencia. Es lo que quise decir. No tengo evidencias para condenarlo. Y si yo condenara sin evidencia o sin certeza moral, cometería yo un delito de mal juez", sostiene el Papa, que defiende la política de "tolerancia cero en estos cinco años de Pontificado", en los que "no he firmado un permiso de gracia" a ningún sacerdote pederasta. Así entiende también la carta del cardenal O'Malley, y el proceso de reestructuración de la comisión antipederastia, que "sigue sus cauces normales".
http://www.periodistadigital.com/imagenes/2018/01/22/el-papa-sentado-junto-a-los-periodistas.jpgEn lo tocante a Figari, el Papa aclara que "el proceso del fundador entró en la Santa Sede, se le dio una condena, no se lo expulsó del sodalicio, sino que vive solo" Figari "se declara inocente de las pruebas que hubo en el juicio y apeló a la signatura apostólica, la Suprema corte de justicia del Vaticano. La causa esta en apelación, y por los datos que tengo, va a salir en menos de un mes".
Del mismo modo, Francisco se mostró partidario de la extradición de Figari a Perú. Así, aclaró que si el proceso eclesiástico es favorable o no "ya no tiene sentido" porque Figari acumula muchas denuncias, más graves, en la justicia civil, "lo cual en estos casos de abuso siempre es conveniente, siempre es conveniente, porque es un derecho". Y luego mencionó que cree que en esa instancia las cosas pintan "bastante desfavorables para el fundador".
En la entrevista, el Papa también habla de la boda oficiada en el avión, de la corrupción en Perú o de la explotación de la Amazonía. Respecto al liberalismo, Francisco subraya que, "en general una política liberal que no involucre a todo el pueblo es selectiva y te lleva hacia abajo". Respecto al supuesto 'caso Maradiaga', Francisco es diáfano: "El cardenal Maradiaga hizo una declaración sobre esto en la televisión, y yo repito lo que él dijo".
Francisco niega que el viaje a Chile fuera un fracaso y, sobre Perú, se mostró "impresionado" por la fe de las gentes. "Volví a ver esa imagen que vi en Filipinas y Colombia, los papás y las mamás a mi paso levantando a los chicos, y eso dice futuro, dice esperanza, porque nadie trae hijo al mundo si no tiene esperanza".
http://www.periodistadigital.com/imagenes/2018/01/22/entrevista-al-papa.jpgEsta es la transcripción de la entrevista (vía Vatican Insider)

Usted, el primer día en Chile, lanzó un mensaje duro en contra de los abusos contra los menores de edad. Pero después hizo aquella declaración sobre el obispo Barros, refiriéndose a "calumnias". ¿Por qué le cree más a Barros que a las víctimas? 
 
Comprendo la pregunta perfecto. Sobre Barros hice una sola declaración. Yo hable en Chile, y eso fue en Iquique, al final. Hablé dos veces sobre los abusos, con muchas fuerzas, delante del gobierno, que era hablar delante de la patria, y en la catedral con los sacerdotes. Lo que dije a los sacerdotes es lo que yo siento más profundamente respecto a este caso. Saben que empezó el Papa Benedicto con tolerancia cero, y yo seguí con tolerancia cero. Después de 5 años de Pontificado, no he firmado un permiso de gracia. En los casos de quite de estado clerical, es definitiva la sentencia en primera instancia. La persona condenada, tiene derecho a apelar, al tribunal de segunda instancia. El tribunal sabe que si hay pruebas claras de abuso, no se puede apelar la sentencia, pero si el procedimiento. Si el segundo tribunal es claro, a la persona le queda solo una instancia, apelar a la gracia del Papa. En cinco años, habré recibido 20 o 25 casos. Solamente en un caso, una apelación de sentencia. Me encontré con dos sentencias, una muy seria de la diócesis, y una del CDF, que era la más dura. La de la diócesis era muy seria, y muy condicionada, que decía que con las condiciones, hay que ver, no cerrar el caso. Como hay que hacer en buena jurisprudencia, siempre a favor del reo. Y dejé aplicar la sentencia más suave, pero después de la prueba, dos años, apliqué la segunda.
 
En el caso del Obispo Barros, lo hice estudiar, investigar, lo hice trabajar mucho. No hay evidencia, la palabra de usted. Después voy a hablar de las pruebas. No hay evidencia de culpabilidad, parece que no se van a encontrar. Hay una coherencia en otro sentido. Yo espero una evidencia para cambiar de sentido. Si no aplico el principio jurídico de cualquier tribunal, ninguno es malo hasta que no se pruebe.
 
Y la palabra prueba me jugó la mala pasada. Yo dije, en español, por lo que recuerdo, estaba entrando, y una periodista de Iquique me pregunta: "En Chile tenemos el gran problema del obispo Barros, ¿qué piensa?". Creo que las palabras que dije fueron estas. Primero pensé: "¿Respondo o no?". Y dije que sí, porque había sido obispo de Iquique, y una feligresa me lo pregunta. Y dije, el día que tenga pruebas, voy a hablar. La respuesta fue dada: el día que yo tenga una prueba, hablaré. La palabra "prueba" es la que generó la conferencia. Yo hablaba de "evidencia". Y claro, yo sé que hay mucha gente abusada y que no puede traer una prueba, no la tiene. Y que no puede, o a veces la tiene pero tiene vergüenza que lo tapa, y sufre en silencio. El drama de los abusados es tremendo. A mí me tocó atender, hace dos meses, a una mujer abusada hace 40 años. Casada, con tres hijos, esa mujer no recibía la comunión desde esa época, porque en la mano del cura veía la mano del abusador. No podía acercarse. Y era creyente. Era católica. Perdón que continúe en español, pero quiero ser preciso con los chilenos. La palabra "prueba" no era la mejor para acercarme a un corazón dolorido. El caso de Barros se estudió, se re-estudió y no hay evidencia. Es lo que quise decir. No tengo evidencias para condenarlo. Y si yo condenara sin evidencia o sin certeza moral, cometería yo un delito de mal juez. 
 
Se publicó una carta suya a los obispos chilenos en la que se hablaba de la posibilidad que Barros se tomara un año sabático... 
 
Tengo que explicar bien esa carta, porque es a favor de la prudencia y sobre cómo se manejó el problema de Barros. Esa carta no es la narración de un hecho puntual, sino la narración más o menos de 10 o 12 meses. Cuando explotó el escándalo Karadima, todos conocemos este escándalo, se comenzó a ver cuántos sacerdotes que habían sido formados por Karadima habían sufrido abusos o se habían convertido en abusadores. En Chile hay tres obispos que Karadima mandó al seminario. Algunas personas de la Conferencia Episcopal sugirieron que renunciaran, que se tomaran un año sabático, para que se calmara la tormenta: son obispos buenos, como Barros, que tenía 20 años de episcopado y estaba concluyendo su mandato de ordinario militar. Se decía: "Hay que pedirles la renuncia". Él fue a Roma y yo dije que no, porque esto significaba admitir una culpabilidad previa. Rechacé la renuncia. Después, cuando fue nombrado en Osorno, surgió este movimiento de protesta: me llegó por segunda vez su renuncia. Y dije: "No, ¡tú continúas!". Se siguió indagando sobre Barros, pero no surgen evidencias. No puedo condenarlo, no cuento con evidencias, y me he convencido de que es inocente. 
 
¿Y en relación con la reacción de las víctimas ante sus declaraciones? 
 
Sobre lo que sienten los abusados, tengo que pedir perdón. La palabra "prueba" ha herido a muchos de ellos. Dicen: "¿Acaso tengo que ir a buscar un certificado?". Les pido perdón si los herí sin darme cuenta, lo hice sin querer. Y me provoca mucho dolor, porque yo los recibo: en Chile hubo dos encuentros, que se saben. Otros fueron a escondidas. En cada viaje siempre existe la posibilidad de encontrarse con las víctimas, se publicó el encuentro de Filadelfia, otros casos no. ¡Escuchar que el Papa les dice: "Tráeme una carta con la prueba" es una bofetada! Me doy cuenta de que mi expresión no fue afortunada y comprendo, como escribe Pedro en una de sus cartas, que el incendio ha crecido. Es lo que puedo decir con toda sinceridad.
 
¿Por qué el testimonio de las víctimas no es una evidencia? 
 
El testimonio de las víctimas siempre es una evidencia. En el caso de Barros no hay evidencia de abuso...
 
Pero no le acusan de haber abusado, sino de haber encubierto los abusos... 
 
El caso empezó quizá con la mala decisión de la renuncia, y se lo empezó a acusar. Pero de abuso no hay evidencias. Encubrir un abuso es abuso. No hay evidencia. Si honestamente creen que es así, aportar las evidencias rápido. Yo no creo que sea así, porque no las hay. Pero tengo el corazón abierto. 
 
¿Qué le pareció la declaración del cardenal O'Malley, quien afirmó que sus palabras sobre las "calumnias" a propósito de Barros fueron fuente de dolor para las víctimas? 
 
O'Malley dijo que el Papa siempre ha utilizado la "tolerancia cero". Después está esa expresión poco afortunada, hablé de calumnia, para referirme a alguien que afirma algo con pertinacia sin tener la evidencia. Si dijo: "Usted ha robado", y usted no ha robado, entonces estoy calumniando, porque no cuento con la evidencia. Era una expresión infeliz. Pero yo no he escuchado a ninguna víctima de Barros. No han venido, no se han presentado, no han ofrecido la evidencia en un juicio. Ha quedado todo en el aire. Es cierto que Barros estaba en el grupo de los jóvenes de Karadima. Pero debemos ser claros: si se acusa sin ninguna evidencia con pertinacia, esto es calumnia. Pero si llega una persona y me da evidencias, yo seré el primero que la escuche. La declaración de O'Malley fue muy justa. Le doy las gracias. Se refirió al dolor de las víctimas en general.
 
Los miembros de la comisión vaticana para la tutela de los menores han acabado su mandato. ¿Demuestra que no se trata de una prioridad? 
 
La comisión fue nombrada por tres años. Al vencerse el plazo, se estudió la nueva comisión. La decisión fue renovar a una parte y nombrar nuevos miembros. Antes de que empezara este viaje llegó la lista definitiva con los nombres y ahora sigue el recorrido normal de la Curia. Se estudia el currículum de las personas nuevas, y había dos observaciones que había que aclarar. Pero no crean que no la vamos a hacer... son los tiempos normales.
 
¿Qué responde a los que dicen que su visita en Chile fue un fracaso, por la poca gente que había y porque la Iglesia está más dividida que antes? 
 
Es la primera vez que lo escucho. Estoy contento del viaje a Chile, no me esperaba tanta gente por la calle, ¡y a esta gente no le pagaron para que fuera!
 
En Perú la clase política ha defraudado al pueblo con actos de corrupción y con indultos negociados (se refiere al indulto concedido por el actual presidente al ex presidente Alberto Fujimori, ndr.). ¿Qué piensa al respecto? 
 
Sé que en algunos países de Europa hay corrupción. En Latinoamérica hay muchos focos de corrupción. Hoy está de moda hablar de Odebrecht (una sociedad brasileña conocida por sus redes de corrupción no solo en Perú, ndr.), pero eso es un botón de muestra. El origen de la corrupción, yo diría es el pecado original que te lleva... Escribí un librito una vez, muy pequeño, que se llama "Pecado y corrupción", y el lema que saco es: "pecador sí, corrupto no". Todos somos pecadores, pero creo que todos los que estamos acá, yo hago la voluntad de mi parte, y pienso ustedes también, cuando estoy en "off side", actué mal con un amigo, robé, me drogué... bien: tratar de no hacerlo. Yo al pecado no le tengo miedo, le tengo miedo a la corrupción, que te va viciando el alma y el cuerpo. Un corrupto está tan seguro de sí mismo, que no puede volver atrás. Son como esos pantanos chupadizos, que querés volver atrás, y te chupo. Es una ciénaga. Sí, es la destrucción de la persona humana. El político tiene mucho poder. También el empresario tiene mucho poder. El empresario que le paga la mitad a sus obreros es un corrupto. Un ama de casa que está acostumbrada y cree que es lo más normal explotar a las mucamas con el sueldo o el modo de tratarlas, es corrupta. Recuerdo una conversación que tuve con una persona, un profesional, joven, 30 años, que me decía cómo llevaba la cosa. Y él me dijo que trataba al personal doméstico de una manera nada noble. Yo le dije: "Pero, usted no puede hacer eso, eso es pecado". "Padre, me dice, no vamos a comparar a esa gente conmigo, esa gente está para eso". Y es lo que piensa el tratante sexual, el tratante de trabajo esclavo: corruptos.
 
También en la Iglesia existe la corrupción. Pensemos en el caso del Sodalicio (movimiento laico fundado en Perú por Luis Figari, ahora reconocido culpable de abusos, ndr.). 
 
Sí, hay casos de corrupción en la Iglesia. Siempre los hubo. Hombres y mujeres de Iglesia entraron en el juego de la corrupción. Y esto me sirve de puente para lo del sodalicio. Lo del sodalicio empezó con el caso de una persona que parecía de mucha virtud, murió e, investigando la vida, se descubrió que tenía doble vida. Es el primer caso del sodalicio que yo conozco, pero de esto hace ya 20 años atrás. Y después una denuncia de abuso, no solo sexual, sino de manipulación de conciencia para con el fundador. El proceso del fundador entró en la Santa Sede, se le dio una condena, no se lo expulsó del sodalicio, sino que vive solo. Una persona lo atiende. Él se declara inocente de las pruebas que hubo en el juicio y apeló a la signatura apostólica, la Suprema corte de justicia del Vaticano. La causa está en apelación, y por los datos que tengo, va a salir en menos de un mes. Llevó un año. Pero ese juicio fue gatillo para que otras víctimas de esa persona hicieran juicios civil y eclesiástico. Si la signatura apostólica pone fin a este juicio, a favor, en contra, ya no tiene sentido, porque ya se acumulan muchos casos, más graves. E intervino la justicia civil, y en estos casos es necesario, es un derecho. No estoy muy informado, pero la cosa es desfavorable al fundador. Por otro lado, no era una cosa personal, había cosas no claras. Hace casi dos años, mandé un visitador, en la persona del Cardenal Tobin, de Newark. Hace la visita, descubre cosas que no entienden, y no están claras, y nombra dos veedores económicos. Y este es el tercer abuso, que también tocaba al fundador. Y después de un estudio, recomienda comisariar el sodalicio. Hace 4 semanas mandó la carta, y hace dos se nombró. Un caso parecido, en los procedimientos, al de los Legionarios, por el Papa Benedicto XVI. Y en eso estuvo muy fuerte. No toleraba esas cosas, y yo aprendí de él a no tolerarlas. El estado jurídico es comisariamiento, y continúa la visita apostólica.
 
Después del matrimonio de los sobrecargos durante el vuelo, ¿qué le diría a los párrocos que se encuentran con prometidos que quieren casarse en aviones o naves? 
 
¿Usted se imagina cruceros con el matrimonio? Uno de ustedes me dijo que estoy loco cuando hago estas cosas. La cosa fue simple. El señor (Carlos Ciuffardi, ndr.) había estado en el vuelo del día antes. Ella (Paula Podest, ndr.) no estaba. Él me habló. Me di cuenta de que me estaba sondeando... fue una buena plática. Al día siguiente estaban los dos y cuando nos tomamos las fotografías me dijeron que se habían casado por lo civil y que ocho años antes se estaban por casar en la parroquia, pero la iglesia se derrumbó por el terremoto un día antes de la boda. Y así no hubo matrimonio. Decían: "Lo hacemos mañana, pasado mañana...". Y luego la vida sigue adelante: llega una niña, después otra. Yo los interrogué y me dijeron que habían hecho los cursos prematrimoniales. Me pareció que estaban preparados. Los sacramentos son para los hombres, todas las condiciones estaban muy claras. ¿Por qué no hacer hoy lo que se puede hacer? Esperar a mañana tal vez habría significado esperar otros diez años. Ambos se habían preparado ante el Señor con el sacramento de la penitencia. Me dijeron que les habían dicho a algunos de ustedes esta intención: "Vamos a pedirle al Papa que nos case". No sé si sea cierto. Hay que decirle a los párrocos que el Papa los interrogó bien, era una situación regular.
 
Usted en la Amazonia habló sobre la "perversión" de ciertas políticas que promueven la conservación de la naturaleza sin tener en cuenta al ser humano. ¿Cree que exista un ambientalismo que acaba estando en contra del hombre? 
 
Sí, creo que sí. El caso específico al que me refería tiene que ver con esa zona de la Amazonia: para proteger la selva, algunas tribus fueron echadas. La misma selva acabó siendo explotada. Hay estadísticas. Algunas tribus se quedaron fuera del progreso real.
 
Uno de los objetivos de la Iglesia es luchar contra la pobreza: Chile ha logrado disminuir la pobreza del 40 al 11 por ciento, y es el resultado de una política liberal. ¿Hay cosas buenas en el liberalismo? 
 
Debemos estudiar bien los casos de las políticas liberales. Algunos países de América Latina han puesto en marcha políticas liberales que los han llevado a la mayor pobreza. No sabría qué responder, pero en general una política liberal que no involucre a todo el pueblo es selectiva y te lleva hacia abajo. El caso de Chile no lo conozco, pero en otros países la cosa lleva hacia abajo.
 
Salió una noticia sobre el cardenal Óscar Andrés Rodriguez Maradiaga, que habría tomado dinero de la universidad católica de Honduras. ¿Qué piensa? 
 
El cardenal Maradiaga hizo una declaración sobre esto en la televisión, y yo repito lo que él dijo.
 
¿Qué se lleva consigo de este viaje a Perú? 
 
Me llevo la impresión de un pueblo creyente, que pasa muchas dificultades y las pasó históricamente, pero una fe que me impresiona, no solo en Trujillo, donde la piedad popular es muy rica y muy fuerte. Sino también la fe de las calles, y no solo en Lima, donde evidentemente se nota. También en Puerto Maldonado, donde pensaba tener el acto en un lugar como este, pero estaba lleno, y también en las calles. Un pueblo que salió a expresar su alegría y su fe. Es verdad que ustedes son una tierra ensantada. Son el pueblo de Latinoamérica que tiene más santos, y santos de alto nivel. Toribio, Rosa, Martín, Juan. De alto nivel. Creo que la fe la tienen muy calada dentro. Yo me llevo de Perú una impresión de alegría, de fe, de esperanza, de volver a andar y, sobre todo, muchos chicos. Volví a ver esa imagen que vi en Filipinas y Colombia, los papás y las mamás a mi paso levantando a los chicos, y eso dice futuro, dice esperanza, porque nadie trae hijo al mundo si no tiene esperanza. Lo único que les pido es que cuiden la riqueza. No solo la de las iglesias y los museos, que las obras de arte son geniales, y no solo de los sufrimientos, que los han enriquecido mucho, sino la riqueza que yo vi en estos días también


La Jornada; Bernardo Barranco; 21 de enero de 2018


Llama el Papa a luchar contra feminicidios, plaga que afecta al continente americano; censura en Perú la inseguridad, el crimen organizado y la falta de oportunidades educativas
 El tercer día del papa Francisco en Perú ha sido espléndido. El área metropolitana de Trujillo no llega a un millón de habitantes; sin embargo, todos y cada uno de los eventos fueron multitudinarios. Las expectativas de convocatoria fueron rebasadas. Parecía que todos los trujillanos se habían congregado en la misa, en la inmensa explanada de Huanchaco, a orillas del mar. Asistieron más de medio millón de personas. Pero todos los recorridos y eventos posteriores fueron también multitudinarios. Sol, humedad y mucho calor humano recibió a un Francisco repuesto y de buen ánimo.
En la homilía matinal, de entrada confesó haber elegido Trujillo como signo de solidaridad por los desastres naturales de hace casi un año, debido al fenómeno El Niño Costero. En efecto, en marzo de 2017 intensas lluvias provocaron inundaciones y deslaves, que dejaron más de 100 muertos y 700 mil damnificados.
El fenómeno climático destruyó 10 mil viviendas, caminos y carreteras. Francisco habló de otras tormentas acechantes: “Se llama violencia organizada, como el sicariato, y la inseguridad que esto genera; se llama falta de oportunidades educativas y laborales, especialmente para los más jóvenes, que les impide construir un futuro con dignidad; o la falta de techo seguro para tantas familias forzadas a vivir en zonas de alta inestabilidad y sin accesos seguros, así como tantas otras situaciones que ustedes conocen y sufren, que como los peores huaicos destruyen la confianza mutua, tan necesaria para construir una red de contención y esperanza”.
Una frase que arrancó un largo aplauso fue la siguiente: Los peruanos, en este momento de la historia, no tienen derecho a dejarse robar la esperanza. En clara alusión al crispante momento del país y el lema de la visita. Trujillo es una región donde la población desborda religiosidad popular. Su historia está vinculada a diversas devociones de piedad popular. Perú es un país de los más religiosos de América Latina. Estudios realizados por la Universidad Católica estiman que, en la actualidad, 89 por ciento de la población se considera religiosa y la mayoría de los peruanos son católicos.
La Iglesia ha penetrado todos los tejidos sociales y la vida cotidiana de los peruanos, nos dice la prestigiosa investigadora Catalina Romero. Los católicos están en todos los espectros políticos del país. Desde la extrema derecha, encabezados por organismos como el cuestionado Sodalicio de vida cristiana, hasta el Opus Dei. En Perú, la tradición laica es lánguida. El artículo 50 constitucional reconoce: Dentro de un régimen de independencia y autonomía, el Estado reconoce a la Iglesia católica como elemento importante en la formación histórica, cultural y moral de Perú y le presta su colaboración. El Estado respeta otras confesiones y puede establecer formas de colaboración con ellas.
El Estado subvenciona a la Iglesia católica. Pero la dimensión religiosa está también a la izquierda, casi toda una generación de sus dirigentes de la izquierda peruana fue cautivada y hasta formada por la Teología de la Liberación, reclama Marco Sifuentes, quien advierte: Para no ir más lejos, 75.2 por ciento de senderistas entrevistados por la CVR eran católicos. Mientras que el fujimorismo ha logrado integrar a sectores católicos fundamentalistas y grupos pentecostales, en un peligrosísimo coctel de populismo retrógrado que a opinión de Sifuentes se suma el cardenal de Lima, Juan Luis Cipriani.
La plaza mayor de Trujillo es el sitio donde se realizó la fundación española de la ciudad, en la costa norte peruana. Francisco, en la ceremonia de coronación de la Virgen de la Puerta, exalta a las mujeres, tiene giros feministas al realzar su rol y de manera inesperada hace un duro señalamiento sobre los crímenes de odio contra las mujeres: Quiero reconocer y agradecer, pero mirando a las madres y a las abuelas; quiero invitarlos a luchar contra una plaga que afecta a nuestro continente americano: los numerosos casos de feminicidios. Y son muchas las situaciones de violencia que quedan silenciadas detrás de tantas paredes. Los invito a luchar contra esta fuente de sufrimiento pidiendo que se promueva una legislación y una cultura de repudio a toda forma de violencia.
En la plaza de armas de Trujillo, donde se ubica de manera preponderante la histórica Catedral de Trujillo, de intenso color amarillo que recuerda nuestra catedral de San Cristóbal de la Casas, Chiapas, Francisco apela a una cultura en la que ninguno mire al otro con indiferencia ni aparte la mirada cuando vea el sufrimiento del otro.
Los medios han registrado de manera desigual el fuerte llamado de Francisco a combatir la corrupción como un virus que lo infecta todo. El histórico diario El Comercio, con una gran foto del Papa con indígenas, cabecea: Cruzada por la tierra. La República destaca: Condena saqueo de recursos, la esclavitud y el abuso sexual.
El periódico Perú 21 da un giro y titula: La corrupción es evitable, el papa Francisco exige compromiso a los peruanos. En esa línea, El Correo destaca: El Papa hace un llamado contra la corrupción. En las redes sociales se ensañan contra la clase política, con el llamado anticorrupción de Francisco; los memes destacan una foto, entre Francisco y Kuczynski, presidente de Perú, en la que el pontífice tiene la cara cubierta por su capa o matelina, como no queriendo salir por vergüenza en la foto, y atrás la sombra de uno de los guardias del palacio de gobierno, quien se parece al Lucifer de las pastorelas.
Con humor y sencillez, Francisco se reunió después del almuerzo con religiosos, sacerdotes, seminaristas y consagradas. El Papa, relajado y con mucho sentido del humor, dirigió un mensaje a los religiosos de Perú, a quienes exhortó a ser memoriosos, alegres y estar atentos ante el peligro de verse marchitos. Hubo muchos chistes clericales que los asistentes al colegio seminario Carlos y Marcelo de Trujillo le festejaron con entusiasmo. Francisco los orientó: Aprender a reírse de uno mismo nos da la capacidad espiritual de estar delante del Señor con los propios límites, errores y pecados, pero también aciertos, y con la alegría de saber que él está a nuestro lado. Llamó a no sentirse mesías, estar al servicio del pueblo ni a sentirse profesionales de lo sagrado, de la siguiente manera: No se vuelvan profesionales de lo sagrado olvidándose de su pueblo, de donde los sacó el Señor: de detrás del rebaño, como dice el Señor a su elegido en la Biblia.
En Lima, Gustavo Gutiérrez, uno de los gurús vivientes de la teología latinoamericana, defiende al Papa frente a las imputaciones y desacuerdos seculares sobre su desempeño declarando: Hay resistencias a Francisco, pero éstas son internas y articuladas. Hay que decirlo, sólo conocemos 10 por ciento de las resistencias. El otro 90 por ciento está oculto, pero él lo sabe y tiene una fibra muy fuerte. El pontífice necesita mucho apoyo, porque tiene problemas. Hay cardenales que critican públicamente al Papa, algo nunca visto en nuestra época y prueba evidente de las resistencias a las que tiene que hacer frente. Gutiérrez, padre de la Teología de la Liberación, pide cerrar filas en torno a Francisco: Bergoglio es un gran don para la Iglesia. Va a lo central del mensaje cristiano, a la frescura del Evangelio. Además, es muy valiente. Aunque hay quienes le piden más, esos tales están locos. Francisco es una bendición, tiene clarísima la solidaridad con el pobre, la gente le entiende y, encima, tiene sentido del humor y hace bromas, además de su impresionante capacidad para crear metáforas. Estoy dispuesto a apoyar al Papa a fondo, en la medida de mis posibilidades.
Mañana, la gran misa en Lima para cerrar con broche de oro una gira sudamericana de altibajos.


Visita del Papa a Perú, Enero 18, 18


Nota: En algunos casos las palabras del Papa están dentro de la narración que hacen los periodistas, pero no presentan el discurso entero.

 

Índice de Documentos de la visita del Papa a Perú y un discurso en Chile:

1.      Duro mensaje de Francisco: "La política está enferma"

2.      Misa en la Base Aérea Las Palmas con su mensaje sobre la política y sobre la situación de los habitantes en las grandes ciudades y el desafío de suscitar la Esperanza.

3.      Mensaje del Papa en Trujillo. Los golpes de la Naturaleza que afectan a la población y la violencia que la golpea.

4.      Homilía del Papa Francisco en Iquique Chile sobre la alegría del Evangelio y la plena devoción a María.

5.      El Papa y la defensa de la Amazonía, los pueblos originarios y la selva.

6.      Condena al "virus de la corrupción" en un país arrasado por ella
7.      Frases  muy claras y fuertes del Papa en su visita a Perú.

8.      Otras frases importantes del Papa en su mensaje a Chile y Perú

9.      Mensaje del Papa en el avión de regreso a Italia sobre el caso del Obispo acusado de encubridor.
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1.      Duro mensaje de Francisco: "La política está enferma"

No descuidemos porque si caemos en manos de personas que sólo entienden el lenguaje de la corrupción, estamos fritos", advirtió. Y reitero: "La política está enferma, está muy enferma y hay excepciones, pero en general, está más enferma que sana".
Y después preguntó a los obispos: "¿Qué pasa en Perú que todos los presidentes van presos?" y citó a (Ollanta) Humala y "hasta hace poco" (Alberto) Fujimori.
(Este mensaje fue dicho en su reunión con los Obispos de Perú)


2.      Misa en la Base Aérea Las Palmas con su mensaje sobre la política y sobre la situación de los habitantes en las grandes ciudades y el desafío de suscitar la Esperanza.
Ante una multitud de 1,3 millones de fieles que lo esperó desde la noche anterior, el Papa Francisco presidió una Misa en la Base Aérea Las Palmas con quienes meditó sobre la importancia de hacer presente a Jesús en medio del lugar en el que se encuentren.
A continuación, el texto completo de la homilía del Santo Padre:
«Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícales el mensaje que te digo» (Jn 3,2). Con estas palabras, el Señor se dirigía a Jonás poniéndolo en movimiento hacia esa gran ciudad que estaba a punto de ser destruida por sus muchos males.
También vemos a Jesús en el Evangelio de camino hacia Galilea para predicar su buena noticia (cf. Mc 1,14). Ambas lecturas nos revelan a Dios en movimiento de cara a las ciudades de ayer y de hoy.
El Señor se pone en camino: va a Nínive, a Galilea, a Lima, a Trujillo, a Puerto Maldonado. Aquí viene el Señor. Se pone en movimiento para entrar en nuestra historia personal y concreta.
Lo hemos celebrado hace poco: el Emmanuel, el Dios que quiere estar siempre con nosotros. Sí, aquí en Lima, o donde estés viviendo, en la vida cotidiana del trabajo rutinario, en la educación esperanzadora de los hijos, entre tus anhelos y desvelos; en la intimidad del hogar y en el ruido ensordecedor de nuestras calles.
Es allí, en medio de los caminos polvorientos de la historia, donde el Señor viene a tu encuentro. Algunas veces nos puede pasar lo mismo que a Jonás. Nuestras ciudades, con las situaciones de dolor e injusticia que a diario se repiten, nos pueden generar la tentación de huir, de escondernos, de zafar.
Y razones, ni a Jonás ni a nosotros nos faltan. Mirando la ciudad podríamos comenzar a constatar que existen «ciudadanos que consiguen los medios adecuados para el desarrollo de la vida personal y familiar —y eso nos alegra—, el problema está es que son muchísimos los “no ciudadanos”, “los ciudadanos a media” o los “sobrantes urbanos”»[1] que están al borde de nuestros caminos, que van a vivir a las márgenes de nuestras ciudades sin condiciones necesarias para llevar una vida digna y duele constatar que muchas veces entre estos «sobrantes humanos» se encuentran rostros de tantos niños y adolescentes. Se encuentra el rostro del futuro.
Y al ver estas cosas en nuestras ciudades, en nuestros barrios —que podrían ser un espacio de encuentro y solidaridad y de alegría— se termina provocando lo que podemos llamar el síndrome de Jonás: un espacio de huida y desconfianza (cf. Jon 1,3).
Un espacio para la indiferencia, que nos transforma en anónimos y sordos ante los demás, nos convierte en seres impersonales de corazón cauterizado y, con esta actitud, lastimamos el alma del pueblo. De este pueblo noble. Como nos lo señalaba Benedicto XVI, «la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre. […] Una sociedad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión a que el sufrimiento sea compartido y sobrellevado también interiormente, es una sociedad cruel e inhumana».[2]
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se dirigió a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. A diferencia de Jonás, Jesús, frente a un acontecimiento doloroso e injusto como fue el arresto de Juan, entra en la ciudad, entra en Galilea y comienza desde ese pequeño pueblo a sembrar lo que sería el inicio de la mayor esperanza: El Reino de Dios está cerca, Dios está entre nosotros.
Y el Evangelio mismo nos muestra la alegría y el efecto en cadena que esto produce: comenzó con Simón y Andrés, después Santiago y Juan (cf. Mc 1,14-20) y, desde esos días, pasando por Santa Rosa de Lima, Santo Toribio, San Martín de Porres, San Juan Macías, San Francisco Solano, ha llegado hasta nosotros anunciado por esa nube de testigos que han creído en Él. Ha llegado hasta Lima, hasta nosotros para comprometerse nuevamente como un renovado antídoto contra la globalización de la indiferencia.
Porque ante este Amor, no se puede permanecer indiferente. Jesús invitó a sus discípulos a vivir hoy lo que tiene sabor a eternidad: el amor a Dios y al prójimo; y lo hace de la única manera que lo puede hacer, a la manera divina: suscitando la ternura y el amor de misericordia, suscitando la compasión y abriendo sus ojos para que aprendan a mirar la realidad a la manera divina.
Los invita a generar nuevos lazos, nuevas alianzas portadoras de eternidad. Jesús camina la ciudad lo hace con sus discípulos y comienza a ver, a escuchar, a prestar atención a aquellos que habían sucumbido bajo el manto de la indiferencia, lapidados por el grave pecado de la corrupción.
Comienza a develar muchas situaciones que asfixiaban la esperanza de su pueblo suscitando una nueva esperanza. Llama a sus discípulos y los invita a ir con Él, los invita a caminar la ciudad, pero les cambia el ritmo, les enseña a mirar lo que hasta ahora pasaban por alto, les señala nuevas urgencias.
Conviértanse, les dice: el Reino de los Cielos es encontrar en Jesús a Dios que se mezcla vitalmente con su pueblo, se implica e implica a otros a no tener miedo de hacer de esta historia, una historia de salvación (cf. Mc 1,15.21 y ss.).
Jesús sigue caminando por nuestras calles, sigue al igual que ayer golpeando puertas, golpeando corazones para volver a encender la esperanza y los anhelos: que la degradación sea superada por la fraternidad, la injusticia vencida por la solidaridad y la violencia callada con las armas de la paz. Jesús sigue invitando y quiere ungirnos con su Espíritu para que también nosotros salgamos a ungir con esa unción, capaz de sanar la esperanza herida y renovar nuestra mirada.
Jesús sigue caminando y despierta la esperanza que nos libra de conexiones vacías y de análisis impersonales e invita a involucrarnos como fermento allí donde estemos, donde nos toque vivir, en ese rinconcito de todos los días.
El Reino de los cielos está entre ustedes —nos dice— está allí donde nos animemos a tener un poco de ternura y compasión, donde no tengamos miedo a generar espacios para que los ciegos vean, los paralíticos caminen, los leprosos sean purificados y los sordos oigan (cf. Lc 7,22) y así todos aquellos que dábamos por perdidos gocen de la Resurrección. Dios no se cansa ni se cansará de caminar para llegar a sus hijos. A cada uno ¿Cómo encenderemos la esperanza si faltan profetas? ¿Cómo encararemos el futuro si nos falta unidad? ¿Cómo llegará Jesús a tantos rincones, si faltan audaces y valientes testigos?
Hoy el Señor te invita a caminar con Él la ciudad, te invita a caminar con Él tu ciudad. Te invita a que seas su discípulo misionero, y así te vuelvas parte de ese gran susurro que quiere seguir resonando en los distintos rincones de nuestra vida: ¡Alégrate, el Señor está contigo!
[1] Exhort. ap. Evangelii gaudium, 74.
[2] Carta enc. Spe salvi, 38.


3. Mensaje del Papa en Trujillo. Los golpes de la Naturaleza que afectan a la población y la violencia que la golpea.
Así como ellos enfrentaron la tempestad sobre el mar, a ustedes les tocó enfrentar el duro golpe del Niño Costero, cuyas consecuencias dolorosas todavía están presentes en tantas familia", señaló. 
Además, no desaprovechó la oportunidad para señalar que una de las "tormentas" que también azota a Trujillo es el alto índice de criminalidad producto del sicariato. 
"Esas 'tormentas' se llaman violencia organizada como el sicariato y la inseguridad que esto genera", dijo el jefe del Vaticano en su homilía en Huanchaco. 

 

 

4.Homilía del Papa Francisco en Iquique Chile sobre la alegría del Evangelio y la plena devoción a María.

«Éste fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en la ciudad de Caná de Galilea» (Jn 2,11).
Así termina el Evangelio que hemos escuchado, y que nos muestra la primera aparición pública de Jesús: nada más y nada menos que en una fiesta. No podría ser de otra forma, ya que el Evangelio es una constante invitación a la alegría. Desde el inicio el Ángel le dice a María:
«Alégrate» (Lc 1,28). Alégrense, le dijo a los pastores; alégrate, le dijo a Isabel, mujer anciana y estéril...; alégrate, le hizo sentir Jesús al ladrón, porque hoy estarás conmigo en el paraíso (cf. Lc 23,43).
El mensaje del Evangelio es fuente de gozo: «Les he dicho estas cosas para que mi alegría esté en ustedes, y esa alegría sea plena» (Jn 15,11). Una alegría que se contagia de generación en generación y de la cual somos herederos.
¡Cómo saben ustedes de esto, queridos hermanos del norte chileno! ¡Cómo saben vivir la fe y la vida en clima de fiesta! Vengo como peregrino a celebrar con ustedes esta manera hermosa de vivir la fe. Sus fiestas patronales, sus bailes religiosos —que se prolongan hasta por una semana—, su música, sus vestidos hacen de esta zona un santuario de piedad popular. Porque no es una fiesta que queda encerrada dentro del templo, sino que logran vestir a todo el poblado de fiesta. Ustedes saben celebrar cantando y danzando «la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante de Dios. Así llegan a engendrar actitudes interiores que raramente pueden observarse en el mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de los demás, devoción».[1] Cobran vida las palabras del profeta Isaías: «Entonces el desierto será un vergel y el vergel parecerá un bosque» (32,15). Esta tierra, abrazada por el desierto más seco del mundo, logra vestirse de fiesta.
En este clima de fiesta, el Evangelio nos presenta la acción de María para que la alegría prevalezca. Ella está atenta a todo lo que pasa a su alrededor y, como buena Madre, no se queda quieta y así logra darse cuenta de que en la fiesta, en la alegría compartida, algo estaba sucediendo: había algo que estaba por «aguar» la fiesta. Y acercándose a su Hijo, las únicas palabras que le escuchamos decir son: «no tienen vino» (Jn 2,3).
Y así María anda por nuestros poblados, calles, plazas, casas, hospitales. María es la Virgen de la Tirana; la Virgen Ayquina en Calama; la Virgen de las Peñas en Arica, que anda por todos nuestros entuertos familiares, esos que parecen ahogarnos el corazón para acercarse al oído de Jesús y decirle: mira, «no tienen vino».
Y luego no se queda callada, se acerca a los que servían en la fiesta y les dice: «Hagan todo lo que Él les diga» (Jn 2,5). María, mujer de pocas palabras, pero bien concretas, también se acerca a cada uno de nosotros a decirnos tan sólo: «Hagan todo lo que Él les diga». Y de este modo se desata el primer milagro de Jesús: hacer sentir a sus amigos que ellos también son parte del milagro.
Porque Cristo «vino a este mundo no para hacer una obra solo, sino con nosotros, con todos nosotros, para ser la cabeza de un gran cuerpo cuyas células vivas, libres y activas, somos nosotros».[2]
El milagro comienza cuando los servidores acercan los barriles con agua que estaban destinados a la purificación. Así también cada uno de nosotros puede comenzar el milagro, es más, cada uno de nosotros está invitado a ser parte del milagro para otros.
Hermanos, Iquique es tierra de sueños —eso significa el nombre en aymara—; tierra que ha sabido albergar a gente de distintos pueblos y culturas que han tenido que dejar a los suyos, marcharse. Una marcha siempre basada en la esperanza por obtener una vida mejor, pero sabemos que va siempre acompañada de mochilas cargadas con miedo e incertidumbre por lo que vendrá.
Iquique es una zona de inmigrantes que nos recuerda la grandeza de hombres y mujeres; de familias enteras que, ante la adversidad, no se dan por vencidas y se abren paso buscando vida. Ellos —
especialmente los que tienen que dejar su tierra porque no encuentran lo mínimo necesario para vivir— son ícono de la Sagrada Familia que tuvo que atravesar desiertos para poder seguir con vida.
Esta tierra es tierra de sueños, pero busquemos que siga siendo también tierra de hospitalidad. Hospitalidad festiva, porque sabemos bien que no hay alegría cristiana cuando se cierran puertas; no hay alegría cristiana cuando se les hace sentir a los demás que sobran o que entre nosotros no tienen lugar (cf. Lc 16,19-31).
Como María en Caná, busquemos aprender a estar atentos en nuestras plazas y poblados, y reconocer a aquellos que tienen la vida «aguada»; que han perdido —o les han robado— las razones para celebrar. Y no tengamos miedo de alzar nuestras voces para decir: «no tienen vino». El clamor del pueblo de Dios, el clamor del pobre, que tiene forma de oración y ensancha el corazón y nos enseña a estar atentos. 
Estemos atentos a todas las situaciones de injusticia y a las nuevas formas de explotación que exponen a tantos hermanos a perder la alegría de la fiesta. Estemos atentos frente a la precarización del trabajo que destruye vidas y hogares. Estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos inmigrantes porque no conocen el idioma o no tienen los papeles en «regla». Estemos atentos a la falta de techo, tierra y trabajo de tantas familias. Y como María digamos con fe: no tienen vino.
Como los servidores de la fiesta aportemos lo que tengamos, por poco que parezca. Al igual que ellos, no tengamos miedo a «dar una mano», y que nuestra solidaridad y nuestro compromiso con la justicia sean parte del baile o la canción que podamos entonarle a nuestro Señor.
Aprovechemos también a aprender y a dejarnos impregnar por los valores, la sabiduría y la fe que los inmigrantes traen consigo. Sin cerrarnos a esas «tinajas» llenas de sabiduría e historia que traen quienes siguen arribando a estas tierras. No nos privemos de todo lo bueno que tienen para aportar. Y dejemos a Jesús que termine el milagro, transformando nuestras comunidades y nuestros corazones en signo vivo de su presencia, que es alegre y festiva porque hemos experimentado que Dios-está-con-nosotros, porque hemos aprendido a hospedarlo en medio nuestro. Alegría y fiesta contagiosa que nos lleva a no dejar a nadie fuera del anuncio de esta Buena Nueva.
Que María, bajo las distintas advocaciones de esta bendecida tierra del norte, siga susurrando al oído de su Hijo Jesús: «no tienen vino», y en nosotros sigan haciéndose carne sus palabras: «hagan todo lo que Él les diga».


5. El Papa y la defensa de la Amazonía, los pueblos originarios y la selva.
El papa Francisco clama contra la deforestación y la trata de personas en plena selva amazónica
Los indígenas peruanos piden a Francisco que les ayude a salvar sus pueblos y la selva.

El Papa más ecologista de la historia, que ha dedicado su encíclica Laudato Si a la necesidad de salvar el planeta, arrancó su visita a Perú con una inédita reunión con grupos indígenas en plena selva amazónica, en Puerto Maldonado. Allí, varios representantes de estos pueblos, ataviados a la manera tradicional, reclamaron en tono dramático al Papa que les defienda, que impida que la minería y la industria maderera o petrolera arrasen con la selva y acaben con ellos. Francisco recogió el guante y clamó contra la deforestación, la minería ilegal y la trata de personas, auténtica plaga de estas zonas selváticas donde el Estado no llega, o la esterilización masiva sin consentimiento, que llegó a su cénit durante el Gobierno de Alberto Fujimori.
La cita con los indígenas era una de las más esperadas en el viaje del Papa. Después de abandonar Chile, uno de los viajes más complicados de sus cinco años de papado, donde le persiguió el escándalo de los abusos sexuales y su apoyo a un obispo acusado de encubridor, y quedó en evidencia la crisis de la iglesia chilena porque el Papa no logró llenar casi ninguno de sus actos y apenas había gente por las calles, en Perú el giro ha sido de 180 grados. Desde su aterrizaje, el Papa comprobó que Perú es un país donde el catolicismo está mucho más fuerte que en Chile. A cada paso se ven masas y entusiasmo desbordado, y el Papa sonríe mucho más. Así, de los problemas internos de la Iglesia pasó al discurso que más le interesa, el de la defensa de la lucha contra el cambio climático, el cuidado de la amazonía, y la protección de los pueblos originarios.
Ahí se siente mucho más cómodo y los indígenas agradecieron mucho sus palabras, que fueron muy directas. Algunos representantes de los pueblos de la amazonía expusieron en forma cruda frente al Papa y por tanto con una audiencia global cómo están siendo aniquilados, explotados, esclavizados en algunos casos y sobre todo cómo su territorio natural está siendo destruido sin freno. "Somos los supervivientes. Nuestros hermanos sufren por la tala de árboles, los buscadores de oro, de petróleo, de gas. Le pedimos que nos defienda. Los foráneos nos ven débiles y nos quitan el territorio. Podemos desaparecer. Queremos que nuestros hijos se eduquen pero no que la escuela borre nuestras religiones y nuestra cultura, nuestra sabiduría ancestral. Tenemos miedo. La tierra, los animales, los peces se están muriendo", clamaron varios indígenas.
Francisco cierra una reunión con miembros de grupos indígenas peruanos en Puerto Maldonado. Reuters
Al encuentro asistieron además obispos de nueve países de la Amazonía, entre ellos el cardenal de Sao Paulo, Claudio Hummes, como anticipo del sínodo panamazónico que se realizará en 2019 por iniciativa del Papa. Al final del encuentro, el apu (jefe) de la etnia awajún Santiago Manuin colocó en la cabeza una corona de plumas al Santo Padre, que solo reciben los sabios o líderes en su región. Manuin es uno de los sobrevivientes de un enfrentamiento ocurrido entre pueblos indígenas y la Policía Nacional el 5 de junio de 2009, en Bagua, selva norte, cuando los agentes dispararon para terminar con el bloqueo de una carretera durante una huelga.
El Papa no redujo ese dramatismo que plantearon los indígenas. "Nunca han estado tan amenazados en sus territorios como ahora", admitió. "La Amazonía es tierra disputada desde varios frentes: por una parte, el neo-extractivismo y la fuerte presión por grandes intereses económicos que apuntan su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales. Por otra, la perversión de ciertas políticas que promueven la 'conservación' de la naturaleza sin tener en cuenta al ser humano y, en concreto, a ustedes hermanos amazónicos que habitan en ellas", aseguró Francisco, que ha sido muy criticado por los conservadores precisamente por ese discurso contra los grandes grupos capitalistas.
"Para algunos ustedes son un obstáculo. En realidad son un grito a la conciencia, memoria viva de la misión que Dios nos ha encomendado a todos: cuidar de la casa común". Francisco no evitó ninguno de los temas sensibles que sufre esta zona, una de las más pobres de Latinoamérica, alejada de cualquier protección del Estado. Explicó que había visto un cartel contra la trata en el aeropuerto, y recordó que este es un problema especialmente grave en la zona, donde el uso de "mano de obra esclava y los abusos sexuales claman al cielo. No miremos para otra parte". Entre 2014 y 2016, las autoridades peruanas registraron 5.114 víctimas de trata.
El Papa también clamó contra la esterilización forzada de las mujeres indígenas, uno de los delitos por los que se procesó a Fujimori, ahora indultado por Pedro Pablo Kuczynski, que acompaña al Papa en todos sus actos y trata de usar su viaje para calmar la revuelta política peruana. "No nos dejemos atrapar por colonialismos disfrazados de progreso", dijo como rechazo a planes de control de natalidad de algunos organismos internacionales. El Papa mantiene la tradicional oposición de la Iglesia tanto a los anticonceptivos como al aborto.
El Papa asiste a una reunión con niños del Hogar Principito, en la ciudad peruana de Puerto Maldonado. AFP
Deforestación, trata y minería ilegal
La elección de esta zona para arrancar su viaje peruano no es casual. En 2017, Tambopata, la provincia de la que es capital Puerto Maldonado, tuvo la más alta tasa de homicidios del país, 29,5 por cada 100.000 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística, tres veces más que el promedio del país. A Puerto Maldonado llegan trabajadores de la minería ilegal, y también menores de edad y adultas reclutadas con la promesa de un trabajo como azafatas de restaurante que terminan engañadas como trabajadoras sexuales en los 'prostibares' de los campamentos de la minería ilegal. Algunas mujeres que intentan escapar, luego son castigadas con violación colectiva, a otras las asesinan. Además, hay bandas de extorsionadores que cobran cupos a los mineros ilegales, y cuando no pagan, los matan y desaparecen.
Según la Amazon Conservation Association, desde 2012, más de 4.400 hectáreas de bosque han sido deforestadas por la minería ilegal en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Tambopata, el principal territorio de biodiversidad de la región Madre de Dios. En su recorrido en Puerto Maldonado,
Francisco además visitó el hogar El Principito, un albergue autogestionado con los ingresos generados por tres empresas sociales creadas por iniciativa del sacerdote suizo Xavier Arbex hace 21 años. Una heladería, un lodge ecoturístico y una librería papelería financia el hogar que acoge a 100 niños que han sido declarados en abandono por jueces de menores, y que pasaron por maltrato físico o psicológico. Los niños reprodujeron delante del Papa unas escenas en las que los indígenas son esclavizados por hombres blancos pero después llegan los misioneros para ayudarlos. El viaje de Francisco entra por tanto en una fase mucho más cómoda que la chilena, aunque en Perú también hay escándalos por abusos sexuales dentro de la Iglesia que Francisco tendrá que afrontar.


6. Condena al "virus de la corrupción" en un país arrasado por ella
En pleno palacio presidencial, epicentro de una política peruana devorada por la corrupción, hasta el punto de que todos sus expresidentes están procesados o investigados y uno de ellos, el último, Ollanta Humala, en la cárcel, el Papa Francisco clamó contra ese mal que hunde la credibilidad de los líderes del Continente, en especial la de Pedro Pablo Kuczynski, que le escuchaba atento y le aplaudió. También estaba allí Keiko Fujimori, líder de la oposición y también investigada por el caso Odebrecht, aunque por asuntos muy diferentes. "Estemos atentos a ese virus social de la corrupción que tanto daño hace a nuestros pueblos latinoamericanos y las democracias de este bendito continente. Es un fenómeno que lo infecta todo, siendo los pobres y la madre tierra los más perjudicados", aseguró el Pontífice. El Papa llega a Lima en plena crisis política, menos de un mes después de que Kuczynski indultara al autócrata Alberto Fujimori, condenado a 25 años por corrupción de los que ha cumplido 12, a cambio de que una decena de diputados fieles salvara al presidente de una destitución que tenía casi segura por su implicación en el escándalo del caso Odebrecht.
En ese contexto, Kuczynski trata de usar la visita del Papa para calmar las aguas peruanas y volver a un ambiente tranquilo que le permita seguir en la presidencia pese a que ha perdido definitivamente el apoyo de los antifujimoristas. El Papa hizo una llamada a la unidad, como es habitual, pero también dejó caer esa advertencia sobre la corrupción.
Francisco también tuvo un mensaje contra las políticas liberales, defendidas con firmeza por el ex banquero de inversión Kuczynski. Llamó a “defender la esperanza, lo que significa impulsar y desarrollar una economía integral alternativa al modelo de desarrollo ya caduco que sigue provocando degradación humana y ambiental”.
También criticó la minería, una de las bases de la economía peruana y la gran especialidad del presidente en el mundo privado. El cálculo oficial del crecimiento de la economía peruana bordea el 2% para 2017, y la economía se sustenta desde hace casi 15 años en los precios internacionales de los minerales. Además, desde 2014, se ha incrementado la cantidad de comunidades de la selva norte afectadas en su salud debido a los constantes derrames de petróleo del Oleoducto Norperuano operado por la estatal PetroPerú. Asimismo, la minería ilegal se ha incrementado con la complicidad u omisión de algunos gobiernos regionales, y la falta de fiscalización del Gobierno Central. El producto de la extracción ilegal termina siendo comprado por empresas legales.
“La degradación del medio ambiente no se puede separar de la degradación moral de nuestras comunidades, no podemos pensarlas como dos distintas. La minería informal se ha vuelto un peligro que destruye la vida de las personas, los ríos son devastados con toda la vida que ellos poseen


7. Frases  muy claras y fuertes del Papa en su visita a Perú.
Estas fueron las mejores frases planteadas por el Santo Padre.
(1). Corrupción. El mensaje más duro del viaje llegó durante la mañana en una charla que mantuvo con los obispos en el arzobispado. Denunció, como ya hizo el viernes en su mensaje en Palacio de Gobierno, la corrupción en Latinoamérica, y aseguró que la política en muchos países de la región "está muy enferma".
(2). Citó el caso de la constructora brasileña Odebrecht, en la que han estado implicado gobiernos de varios países de América Latina y aseguró que "es solo una parte chiquita". "No descuidemos porque si caemos en manos de personas que solo entienden el lenguaje de la corrupción, estamos fritos".
(3). Y reiteró: "La política está enferma, está muy enferma y hay excepciones, pero en general, está más enferma que sana".
(4). Después preguntó a los obispos: "¿Qué pasa en Perú que todos los presidentes van presos?" y citó a (Ollanta) Humala y "hasta hace poco" a (Alberto) Fujimori.
(5). La visita a Perú se clausuró con una misa en la que el papa habló de las ciudades, donde existen "las situaciones de dolor e injusticia que a diario se repiten" y que "nos pueden generar la tentación de huir, de escondernos".
(6). Pobreza y desigualdad. El papa denunció que en la ciudad existen personas que "consiguen los medios adecuados para el desarrollo de la vida personal y familiar", mientras que "son muchísimos los no ciudadanos", "los ciudadanos a medias o los sobrantes urbanos".
(7). De estas personas, "que están al borde de nuestros caminos", Francisco señaló que van a vivir "a las márgenes de nuestras ciudades sin condiciones necesarias para llevar una vida digna". "Duele constatar, agregó, que muchas veces entre estos sobrantes humanos se encuentran rostros de tantos niños y adolescentes".
(8). Lamentó que las ciudades y nuestros barrios "que podrían ser un espacio de encuentro y solidaridad, de alegría" se "transformen en un espacio de huida y desconfianza".
(9). Criticó además que sean "un espacio para la indiferencia, que nos transforma en anónimos y sordos ante los demás, nos convierte en seres impersonales de corazón cauterizado y, con esta actitud, lastimamos el alma del pueblo".
(10). Llamó entonces a que "la degradación sea superada por la fraternidad, la injusticia vencida por la solidaridad y la violencia callada con las armas de la paz".
(11). Instó a los jóvenes peruanos que "que descubran en la sabiduría de sus abuelos, de sus ancianos, el ADN que guió a sus grandes santos". "No se desarraiguen", insistió, y a los abuelos y ancianos les exhortó a "transmitir a las jóvenes generaciones las raíces de su pueblo y la sabiduría del camino para llegar al cielo".
(12). "A todos los invito a no tener miedo a ser los santos del siglo XXI", exclamó. Se despidió pidiendo a los peruanos que "cuidasen la esperanza" y que la mejor manera de cuidar la esperanza "es permanecer unidos, para que todos estos motivos que la sostienen, crezcan cada día más". (EFE).

8. Otras frases importantes del Papa en su mensaje a Chile y Perú

a)      Abusos Sexuales: El primer gran mensaje que Francisco pronunció en su viaje fue ante las autoridades de Chile. Pidió públicamente perdón por los casos de abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes en el país.
FRANCISCO
“Y aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia. Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas”.
b)      Mensaje a los privados de libertad: Nunca antes un Papa había visitado una cárcel de mujeres, por lo que este encuentro fue muy significativo. El mensaje que allí pronunció también lo fue: la dignidad es intocable.
FRANCISCO
“Ser privado de libertad no es lo mismo que estar privado de dignidad. No, no es lo mismo. La dignidad no se toca, a nadie, se cuida”.
c)      Denuncia de la plaga de los feminicidios: En Perú hizo una valiente denuncia del feminicidio y la violencia machista. Un drama silencioso al que quiso darle voz.
FRANCISCO
“Quiero invitarlos a luchar contra una plaga que afecta a nuestro continente americano: los numerosos casos de feminicidio. Y son muchas las situaciones de violencia que quedan silenciadas detrás de tantas paredes”.
d)      Denuncia de la cultura del descarte que afecta especialmente a los Indígenas: Primero en Temuco y después en la Amazonia, el Papa denunció la dura cultura del descarte que literalmente “se ceba” con los indígenas.
FRANCISCO
“Es algo que hay que decirlo con fuerza; no son tierra de nadie. Esta tierra tiene nombre, tiene rostros: los tiene a ustedes.¡Esta no es una tierra huérfana, es la tierra de la Madre! Y si hay madre, hay hijos, hay familia, hay comunidad".
e)      No descartar a las ancianas y ancianos: En ese mismo lugar no faltaron críticas a la cultura del descarte. A los jóvenes pidió escuchar a los ancianos. Y puso este ejemplo.
FRANCISCO
“Allí saliendo, cuando hice el recorrido, hay una abuela de 97. ¿Vamos a descartar a la abuela? ¿Qué les parece? ¡No! Porque la abuela es la sabiduría de un pueblo. ¡Un aplauso a la abuela de 97 años!”
f)       Defensa de los jóvenes de los Pueblos originarios: Lo mismo les dijo a los más pequeños en su visita al hogar “El Principito”, en Perú. Les pidió que lucharan por sus orígenes con orgullo.
FRANCISCO
“El mundo los necesita a ustedes, jóvenes de los pueblos originarios, y los necesita tal y como son. No disfrazados, sino como son ustedes” tal y como son. No se conformen con ser el vagón de cola, nunca hay que ser el vagón de cola. Los necesitamos como motor”.
g)      La importancia del Sacramento del Matrimonio: Durante el vuelo a Iquique, en Chile, realizó un gesto que estaba fuera de programa. Casó a esta pareja de asistentes de vuelo.
“Nos dijo: este es el sacramento que hace falta en el mundo. El sacramento del matrimonio. Ojalá que esto motive a las parejas del mundo a tomar el sacramento del matrimonio. Por eso lo hago”.


9. Mensaje del Papa en el avión de regreso a Italia sobre el caso del Obispo acusado de encubridor.
El Papa aseguró también que confía en el obispo chileno Juan Barros, al que algunas víctimas acusan de haber encubierto los abusos del sacerdote condenado Fernando Karadima.
FRANCISCO “En el caso de Barros, se vio, se estudió… Y no hay evidencias. Eso es lo que quise decir. No tengo evidencias para condenar. Y ahí, si yo condenara sin evidencias, o sin certeza moral, cometería yo un delito de mal juez. Lo mejor, el que cree que es así, aportar las evidencias rápido. Si creen que es así honestamente. Yo en este momento no creo que sea así, porque no las hay. Pero tengo el corazón abierto a recibirlas”.
El Papa pidió disculpas a las víctimas de abusos por haberles pedido en unas rápidas declaraciones que demostraran con pruebas que Barros había encubierto. Dice que no pide pruebas, que son imposibles en estos casos, sino evidencias.
FRANCISCO
“De esto tengo que pedir excusas, porque la palabra prueba ha herido, ha herido a muchos abusados. “¡Pero es que tengo que buscar un certificado!” Es una palabra que traduce un principio legal. Y ha herido. Pero les pido perdón. Les he herido sin darme cuenta”.