domingo, 16 de septiembre de 2018

Carta al Papa Francisco; Sept. 2 del 2018.


 “Los clamores de los pobres y de la tierra nos interpelan”, a 50 años de la Conferencia de Medellín – El Salvador 30 de agosto al 2 de septiembre de 2018

Querido hermano Francisco:
En este momento de dura prueba queremos hacerte sentir nuestra cercanía y apoyo porque sabemos de tu fidelidad al Evangelio de Jesús. Decirte que tu propuesta de una iglesia pobre para los pobres es también nuestra búsqueda y compromiso.
 Amerindia, en su recorrido de cuarenta años en el continente, busca hacer presente los desafíos esenciales del Concilio Vaticano II y el magisterio latinoamericano desde una teología liberadora. En el Tercer Congreso Continental de Teología Latinoamericana y Caribeña estamos reunidos más de seiscientos participantes teólogos, teólogas y cristianos comprometidos en diversas aéreas de la vida social y eclesial para profundizar los 50 años de Medellín y su actualización hoy.
 Estas tierras son testigo de la profecía y el martirio como consecuencia del seguimiento de Cristo en la búsqueda de la justicia y la opción preferencial por los pobres, como lo atestigua Mons. Romero, los y las mártires de la UCA y tantos otros. Desde este contexto leemos esta “hora tuya” y por ello creemos y afirmamos que la sangre martirial es semilla de vida y esperanza. Somos conscientes que una nueva primavera está despuntando en la Iglesia y acontece en la complejidad de los procesos transformadores. 
 En estos tiempos de celebración de los 50 años de Medellín bajo el faro potente del Vaticano II y el gran movimiento que concibió esta segunda Conferencia, emerges como un genuino hijo de esta Iglesia.
 Sabemos que tu fidelidad evangélica implica discernimiento y el coraje de la denuncia profética, abrazo entrañable a los desheredados de la tierra y víctimas de la crueldad humana, dentro y fuera de la Iglesia.
 Como hijas e hijos, hermanas y hermanos te acompañamos plenamente y asumimos la corresponsabilidad que esto representa, pidiendo puedas llevar adelante la obra que Dios te confía.