Mensaje
para la inauguración de la Cátedra José Ramón Cossío Díaz
Estimado Dr. José Ramón Cossío Díaz, Ministro Suprema Corte de Justicia de la Nación, Magistrados,
Consejeros Electorales, Diputados y funcionarios públicos, autoridades
académicas, profesores, alumnos y alumnas, amigos todos.
Muy buenos días tengan todos ustedes. En
nombre de la comunidad de la Universidad Iberoamericana Puebla, les doy la más
cordial bienvenida a este evento académico que hoy inauguramos y que tiene un
gran significado para nosotros pues una de las principales apuestas que tenemos
como Universidad es la búsqueda de la
justicia.
El modelo educativo de las instituciones
jesuitas se distingue de otros por su sello particular: es de inspiración cristiana y se orienta por el
carisma ignaciano. Lo anterior significa que nos rigen valores e ideales
coherentes con nuestra propia espiritualidad; pues nos interesa ser una
universidad inserta en esta realidad que se caracteriza por sus múltiples
contrastes y contradicciones, por sus estructuras que reproducen la inequidad y
la pobreza, por la corrupción que envenena día con día a la economía, la
política, el medio ambiente y a la sociedad y por la violencia y el crimen
organizado que imponen su propia ley. Así pues, ante un panorama tan complejo,
¿cuál es el propósito de la Universidad? No buscamos seguir alimentando a los
poderes fácticos ni solpanado los pactos entre las cúpulas de poder que luchan
por mantener el status quo; sino, justamente lo contrario, develar y denunciar
las ideologías dominantes y ofrecer alternativas para la construcción de una
sociedad humana.
En la IBERO Puebla estamos, pues,
convencidos que ante esa realidad tan dolorosa tenemos el compromiso de transformarla,
de no cerrar los ojos, de resistirnos a aceptar las cosas tal como son, como
igualmente de ser una voz crítica y de denuncia ante todo aquello que lastima
día con día la dignidad humana. Nos mueve pues, la lucha por la justicia,
especialmente en la defensa de todos aquellos cuyos derechos más básicos han
sido conculcados. Por tanto, buscamos que todos aquellos jóvenes que pasan por
nuestras aulas se conviertan no en los
mejores del mundo, sino en los mejores para el mundo. Ello implica ayudarlos
a descubrir esa realidad e ir más allá
de la burbuja que los contiene, para que asuman que sólo hay dos posturas
posibles ante las que se juega el sentido y valor del ser humano: o nos hacemos
cargo de la realidad y la afrontamos con todos sus retos, o la ignoramos ocultando
nuestro rostro entre las manos. La primera postura realmente es compleja, pero
definitivamente es la única que puede dar sentido a la existencia humana, razón
por la cual la educación jesuita la ha hecho suya, pues sólo a través de ella
se puede justificar nuestro compromiso por
la educación.
Para ello, retomamos lo que el Padre
Peter-Hans Kolvenbach, quien fuera nuestro superior general, afirmaba en su momento:
“cuando la experiencia directa (de los
pobres) toca al corazón, la mente se puede sentir desafiada a cambiar. La
implicación personal en el sufrimiento inocente, en la injusticia que otros
sufren, es el catalizador para la solidaridad que abre el camino a la búsqueda
intelectual y a la reflexión moral”.
Desde este horizonte, seguimos creyendo
en la necesidad de formar profesionistas que contribuyan al análisis y estudio
de la ciencia jurídica para encontrar soluciones reales a los problemas que
aquejan nuestra sociedad. Creemos en formar abogados que sepan explicar de
manera crítica la compleja realidad y busquen promover y generar el desarrollo
social de una manera ética, justa y equitativa.
Así pues, la Cátedra José Ramón Cossío Díaz que hoy orgullosamente inauguramos, busca
proporcionar a los estudiantes y académicos de la Universidad un espacio que
les permita, a través de las experiencias de especialistas en Derecho, conocer,
analizar, estudiar y discutir temas de relevancia actual, desde un foro abierto
y plural, acercándolos a la realidad, para incidir, desde su quehacer
profesional, en su transformación.
No quisiera dejar de comentar que esta Cátedra es posible gracias al trabajo
que ha realizado el Departamento de Ciencias Sociales a través de las
Coordinaciones de Derecho y Ciencias Políticas y Administración Pública, mismas
que propiciaron el convenio de colaboración que recientemente se ha firmado
entre la Ibero Puebla y la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, siendo un componente fundamental para la organización
de este evento.
Así pues, con estas palabras deseo inaugurar junto con ustedes la Cátedra José Ramón Cossío Díaz que hoy reúne a grandes personalidades jurídicas, incluyendo al ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que generosamente prestó su nombre a dicha Cátedra. Sepan que la razón por la que decidimos nombrar a esta Cátedra "José Ramón Cossío Díaz" obedeció a la comprobada calidad ética y al compromiso con la impartición de la justicia que ha demostrado el Dr. Cossío Díaz a lo largo de su trayectoria profesional. Estamos seguros que en su calidad de ministro en el máximo tribunal constitucional de México, seguirá incorporando en sus sentencias y votos el criterio último de la verdad y velará por el respeto a los derechos humanos y el cumplimiento de la ley desde los intereses de las grandes mayorías empobrecidas, siendo ejemplo para nuestros alumnos y alumnas, académicos e investigadores.
A todos
ustedes mi agradecimiento, deseando que esta jornada sea muy
fructífera y aporte a los propósitos que hoy nos convocan.
¡Enhorabuena!
7 de marzo, 2014
Dr. Fernando Fernández Font, SJ
Rector.