Redacción BBC
Mundo
·
18 junio 2015
En la encíclica el pontífice hace un
llamado a proteger a nuestro planeta de la degradación medioambiental.
"Espero que el
cura de mi parroquia no me castigue por decir esto, pero no tomo mis políticas
económicas de mis obispos, cardenales o de mi Papa".
Con estas palabras,
el candidato republicano a la Casa Blanca Jeb Bush -católico y hermano del
expresidente estadounidense George W. Bush- se refirió hace unos días a la
encíclica sobre el medio ambiente y el cambio climático escrita por el papa
Francisco y que fue dada a conocer este jueves por el Vaticano.
En el esperado
documento, del que un semanario italiano filtró algunos extractos a principios
de esta semana, el pontífice hace un llamado a proteger a nuestro planeta de la
degradación medioambiental y carga contra el actual sistema económico que
explota los recursos naturales sin consideraciones éticas o morales.
Bush, quien también
aseguró que no cree que la religión deba mezclarse con cuestiones "que
tengan un efecto en el ámbito político", se unió así al coro de políticos,
empresarios y medios conservadores que en los últimos días han atacado al papa
Francisco por opinar sobre un tema que creen no le compete.
La encíclica papal,
publicada bajo el título Laudato Si (Alabado
Seas), es la primera que Jorge Bergoglio ha escrito enteramente ("Lumen fidei" había sido redactada casi
íntegramente por Benedicto XVI) y está dirigida no solo a los católicos, sino a
todos aquellos que puedan contribuir a detener la degradación de "la casa
común que Dios nos ha confiado".
Bush no cree que la religión deba
mezclarse con cuestiones "que tengan un efecto en el ámbito
político".
En ella el Papa
trata asuntos como la conexión entre el cambio climático y la contaminación, la
pérdida de la biodiversidad, la mala gestión de los recursos, la desigualdad
entre las regiones ricas y pobres del planeta o la tibia respuesta de los
líderes políticos y económicos ante el desafío de la actual crisis
medioambiental.
Esta encíclica, la
primera de un pontífice dedicada enteramente al medio ambiente, ha dado nuevos
argumentos a aquellos en EE.UU. que creen que el Papa es "demasiado
liberal" o incluso de tendencias "comunistas", por su posición
aperturista en cuestiones sociales y por sus críticas al "capitalismo
salvaje" y a la "dictadura de la economía".
Al fin y al cabo,
los conservadores en EE.UU. son conocidos por negar la conexión entre el cambio
climático y las actividades humanas, y por oponerse a la adopción de medidas
que limiten, por ejemplo, la emisión de gases con efecto invernadero.
"Dejar la ciencia a los científicos"
Es por eso que el
documento de Bergoglio no ha sido bien recibido incluso por muchos cristianos
estadounidenses, que en el pasado se alinearon con los postulados del papa Juan
Pablo II o de Benedicto XVI, pero que no comulgan en importantes asuntos con el
actual pontífice.
Hace unas semanas
fue Rick Santorum, candidato republicano de cara a las presidenciales de 2016 y
católico devoto, quien dijo en una entrevista de radio que "la iglesia se
ha equivocado en cuestiones científicas varias veces" y que debería
"dejar la ciencia a los científicos" y centrarse en cuestiones de
"teología y moral".
Esta encíclica es la primera de un
pontífice dedicada enteramente al medio ambiente.
En el pasado
Santorum, quien es padre de familia numerosa, llegó a asegurar que "a
veces es difícil escuchar" al papa Francisco por algunas de sus
declaraciones, como en las que dijo que "ser un buen católico no implica
tener hijos como conejos".
Mientras, el
republicano Jim Inhofe, presidente del comité medioambiental del Senado de
EE.UU., quien hace unos meses ocupó numerosos titulares de prensa por presentar
una bola de nieve como prueba de que el cambio climático es "un
fraude", le dijo al Papa "que se preocupe de sus propios
asuntos".
Algunos periodistas
del conservador canal Fox News también opinaron sobre la cuestión.
Por ejemplo, el
controvertido satirista Greg Gutfeld dijo que con sus posicionamientos
Francisco "es peligroso" porque "busca el respeto de sus
adversarios", dando a entender que el catolicismo es incompatible con los
movimientos ambientalistas.
"No quiere ser
un Papa abuelo. Quiere ser un Papa moderno. Le faltan unas rastas y un perro
con un pañuelo para unirse al movimiento Occupy Wall Street (Ocupa
Wall Street)", dijo Gutfeld.
Por su parte,
Michael McKenna, un asesor republicano citado por el diario New York Times, que se describe a sí mismo como un
"conservador católico", dijo que el Papa está "vendiendo una
línea de socialismo de estilo latinoamericano" y que Bergoglio "no
está en sintonía con la iglesia católica de EE.UU.".
McKenna también
aseguró que Jeb Bush y Marco Rubio -este último el senador cubanoestadounidense
que también aspira a la presidencia de EE.UU. y que en el pasado ha negado la
conexión entre las actividades humanas y el cambio climático- "están más
en línea con la iglesia católica estadounidense" que el actual Papa.
Católicos divididos
Rush Limbaugh ha llegado a tachar de
"marxista" al Papa por sus ideas sobre el capitalismo.
Pero las palabras
de Santorum o McKenna sobre Bergoglio no parecen reflejar la opinión de muchos
católicos en EE.UU.
Según los datos de
una reciente encuesta del centro de estudios Pew, un 86% de ellos tiene una
visión positiva del Papa y un 71% cree que el planeta se está calentando.
Pese a ello, la
encuesta del Pew refleja una división partidista entre los católicos
estadounidenses sobre el asunto del cambio climático.
Así, la mitad de
los católicos republicanos creen que hay pruebas inequívocas de que la
temperatura de la Tierra está aumentando, comparado con un 80% de los católicos
demócratas.
De entre los
primeros, sólo una cuarta parte cree que el hombre tiene algo que ver con el
cambio climático y que este supone un riesgo serio, una cifra que entre los
demócratas se sitúa alrededor del 60%.
Pero parece que los
que se oponen a que el Papa se pronuncie sobre cuestiones medioambientales no
sólo se encuentran entre los conservadores de EE.UU. sino también dentro del
propio Vaticano.
La filtración a
principios de esta semana a la prensa de extractos de la encíclica papal fue
interpretada por algunos como una estrategia de los sectores más conservadores
de la iglesia para disminuir el impacto mediático del mensaje del pontífice.
Los analistas creen
que con la encíclica publicada este jueves el Papa espera influir en el debate
de la próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se
celebrará en el mes de diciembre en París.
En este encuentro
se debería llegar a un acuerdo vinculante que sustituya el Protocolo de Kioto,
fijando nuevos límites a la emisión de gases con efecto invernadero.
Un 86% de los católicos en EE.UU. tiene
una visión positiva del Papa.
Además, la
publicación de Laudato Si se produce apenas tres meses
antes de que el Papa realice su primer viaje oficial a EE.UU., durante el cual
se dirigirá a la Asamblea General de Naciones Unidas y a una sesión conjunta de
las dos cámaras del Congreso estadounidense.
Habrá que esperar
para ver la reacción que tendrán ante esta visita aquellos conservadores que en
los últimos meses no han dudado en criticar la "agenda liberal" del
Papa, al que figuras como el locutor conservador Rush Limbaugh han llegado a
tachar de "marxista" por sus ideas sobre el capitalismo.