domingo, 31 de agosto de 2014

Frases de Mons. Romero y la Biblia

a)    Que no digan, pues que no leemos la Biblia. No solo la leemos, sino que la analizamos, la celebramos, la encarnamos y la queremos hacer vida nuestra.
b)   Si venimos a ratificar nuestra fe en la Misa dominical, que la Palabra de Dios sea como espada penetrante y que no nos deje tranquilos, que penetre las coyunturas más íntimas de nuestro ser, que nos problematice, que nos cuestione, que no nos deje dormir tranquilos, mientras no hagamos algo por el Reino de Dios y su Evangelio
c)    La Fe no solo consiste en creer con la cabeza lo que nos dice el Evangelio, sino entregarse con el corazón y la vida.
d)   Lástima que nuestra religión a veces ha traicionado el Evangelio.
e)    El Éxodo es un libro precioso para que aprendamos qué es la Dignidad del hombre y de la Mujer.
f)     No tenemos que traer el Evangelio literal de hace veinte siglos, sino el Evangelio que la Iglesia, arrancando de aquel Evangelio de Cristo, va aplicando a las circunstancias de cada tiempo.
g)   Devotos de la Justicia: Cada uno de nosotros tiene que ser un devoto enardecido de la justicia, de los Derechos Humanos, de la libertad, de la igualdad, pero mirándolos a la luz del Evangelio Servir a las mayorías pobres: Hay que combatir el egoísmo que se esconde en quienes no quieren ceder de lo suyo  para que alcance para los demás. Hay que volver encontrar la profunda verdad evangélica de que debemos servir a las mayorías pobres.
h)   El que quiera estar demasiado bien, el que quiera salvar su vida -eso quiere decir expresión- estar bien, salvar la vida, no comprometerse, no meterse en líos, en problemas, pues ese la va a perder. Hermanos, esta es una sentencia de Cristo.
i)     La Liberación: El grito de Liberación de este pueblo es un clamor que sube hasta Dios y que ya nada ni nadie pueden detener.
j)     La Biblia: La Biblia es el libro modelo para aprender allí a vivir esa relación maravillosa de la Fe y la Política.
k)    Injusticia social: No hay pecado más diabólico que quitarle el pan al que tiene hambre.
l)     Que este cuerpo inmolado y esta sangre sacrificada por los hombres nos alimente también para dar nuestro cuerpo y nuestra sangre, al sufrimiento y la dolor, como Cristo, no para sí, sino para la Justicia y la Paz a nuestro Pueblo.
m) La Palabra de Dios, pues, según San Pablo en la lectura de hoy, tiene que ser  una Palabra que arranque de la eterna antigua Palabra de Dios pero que toque la llaga presente, las injusticias de hoy, los atropellos de hoy, y esto es lo que crea problemas. Esto es ya decir: “La Iglesia se está metiendo en política, la Iglesia se está metiendo a comunista”. Ya aburren con esa acusación.
n)   No podemos jugar con la palabra de Dios, no podemos adaptar la palabra de Dios a nuestros caprichos y conveniencias, no podemos hacer de la Palabra quemante de la Biblia una Palabra  “que puede sonar en cualquier parte del mundo porque no es de ninguna parte del mundo”.
El 24 de marzo de 1980 fue asesinado Mons. Romero en el Salvador, cuando celebraba la Eucaristía.