a)
Que no digan, pues que no leemos la Biblia. No
solo la leemos, sino que la analizamos, la celebramos, la encarnamos y la
queremos hacer vida nuestra.
b)
Si venimos a ratificar nuestra fe en la Misa
dominical, que la Palabra de Dios sea como espada penetrante y que no nos deje
tranquilos, que penetre las coyunturas más íntimas de nuestro ser, que nos
problematice, que nos cuestione, que no nos deje dormir tranquilos, mientras no
hagamos algo por el Reino de Dios y su Evangelio
c)
La Fe no solo consiste en creer con la cabeza lo
que nos dice el Evangelio, sino entregarse con el corazón y la vida.
d)
Lástima que nuestra religión a veces ha
traicionado el Evangelio.
e)
El Éxodo es un libro precioso para que aprendamos
qué es la Dignidad del hombre y de la Mujer.
f)
No tenemos que traer el Evangelio literal de
hace veinte siglos, sino el Evangelio que la Iglesia, arrancando de aquel
Evangelio de Cristo, va aplicando a las circunstancias de cada tiempo.
g)
Devotos de la Justicia: Cada uno de nosotros
tiene que ser un devoto enardecido de la justicia, de los Derechos Humanos, de
la libertad, de la igualdad, pero mirándolos a la luz del Evangelio Servir
a las mayorías pobres: Hay que combatir el egoísmo que se esconde en quienes no
quieren ceder de lo suyo para que alcance para los demás. Hay que volver
encontrar la profunda verdad evangélica de que debemos servir a las mayorías
pobres.
h)
El que quiera estar demasiado bien, el que
quiera salvar su vida -eso quiere decir expresión- estar bien, salvar la vida,
no comprometerse, no meterse en líos, en problemas, pues ese la va a perder.
Hermanos, esta es una sentencia de Cristo.
i)
La Liberación: El grito de Liberación de este
pueblo es un clamor que sube hasta Dios y que ya nada ni nadie pueden detener.
j)
La Biblia: La Biblia es el libro modelo para
aprender allí a vivir esa relación maravillosa de la Fe y la Política.
k)
Injusticia social: No hay pecado más diabólico
que quitarle el pan al que tiene hambre.
l)
Que este cuerpo inmolado y esta sangre
sacrificada por los hombres nos alimente también para dar nuestro cuerpo y
nuestra sangre, al sufrimiento y la dolor, como Cristo, no para sí, sino para
la Justicia y la Paz a nuestro Pueblo.
m) La Palabra de Dios, pues, según San Pablo en la lectura de hoy,
tiene que ser una Palabra que arranque de la eterna antigua Palabra de
Dios pero que toque la llaga presente, las injusticias de hoy, los atropellos
de hoy, y esto es lo que crea problemas. Esto es ya decir: “La Iglesia se está
metiendo en política, la Iglesia se está metiendo a comunista”. Ya aburren con
esa acusación.
n)
No podemos jugar con la palabra de Dios, no
podemos adaptar la palabra de Dios a nuestros caprichos y conveniencias, no
podemos hacer de la Palabra quemante de la Biblia una Palabra “que puede
sonar en cualquier parte del mundo porque no es de ninguna parte del mundo”.
El 24 de marzo de 1980 fue asesinado Mons. Romero en el Salvador,
cuando celebraba la Eucaristía.