Miguel D’Escoto Brockmann. Foto: Wikipedia
Estonian Foreign Ministry (CC-BY-2.0)
VATICANO, 04 Ago. 14 / 12:56 pm.-
El Papa Francisco revocó la “suspensión a divinis” del sacerdote Miguel
D’Escoto Brockmann, de 81 años de edad, luego que éste le enviara una carta
expresando su deseo de “volver a celebrar la Santa Eucaristía antes de morir”.
El sacerdote había sido suspendido en 1984 por participar en el gobierno
sandinista de Nicaragua, fue ministro de relaciones exteriores hasta 1990, en
el año 2007 volvió a trabajar para el gobierno y entre 2008 y 2009 fue
Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Radio Vaticana recordó que el sacerdote aceptó en 1984 la pena impuesta
por San Juan Pablo II, aunque permaneció como miembro
de la Congregación de Maryknoll, “pero sin desarrollar alguna actividad
pastoral. Desde hace años el sacerdote ha abandonado el empeño político”.
“El Padre D’Escoto ha escrito una carta al Papa, manifestando su deseo
de ‘volver a celebrar la Santa Eucaristía’, ‘antes de morir’. Respondiendo
afirmativamente a su petición, Francisco ha encargado al superior general del
Instituto acompañar al hermano en el proceso de reintegración al ministerio
sacerdotal”, indicó Radio Vaticana.
Su actuación política
Miguel D’Escoto nació el 5 de febrero de 1933 en Los Ángeles (Estados
Unidos). Fue ordenado sacerdote en 1961 y en 1977 se unió al Frente Sandinista
de Liberación Nacional (FSLN), movimiento comunista que derrocó a Anastasio
Somoza en 1979 y tomó el control de Nicaragua.
En 1984, luego que este frente convocara y ganara las elecciones, el
sacerdote –conocido exponente de la teología marxista de la liberación- asumió
el cargo de ministro de relaciones exteriores de Daniel Ortega. Ese año el Papa
Juan Pablo II lo suspendió a divinis.
Durante el periodo 1985-1990, en el que D’Escoto fue parte del gobierno,
la Iglesia local sufrió las presiones del
régimen comunista. Uno de estos casos se dio en 1988, cuando un informe de la
Comisión Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua reveló las intenciones del
gobierno de convertir por la fuerza en “informantes” a personas vinculadas a
miembros importantes de la Iglesia.
Asimismo, en noviembre de ese año, las autoridades sandinistas
prohibieron a Mons. Bismark Carballo oficiar Misa en
los locales donde estaban los damnificados del huracán “Joan”. Además se montó
una campaña de desprestigio contra el Cardenal
Miguel Obando, entonces miembro de la Comisión de Reconciliación
Nacional.
Asimismo, el régimen de Ortega se dedicó reprimir a opositores políticos
y cerrar medios de comunicación que le fueran críticos.
Años atrás, D’Escoto fundó la editorial Orbis Books, que lanzó el libro
de Gustavo Gutiérrez “Teología de la Liberación. Perspectivas”.
Posteriormente, en 2007 fue llamado nuevamente por Daniel Ortega para
ser asesor para asuntos limítrofes y de relaciones internacionales del nuevo
régimen sandinista.
Una de sus últimas declaraciones públicas se dio al día siguiente de la
renuncia de Benedicto XVI. El 12 de febrero de 2013,
D'Escoto dijo a Telesur –cadena afín al régimen chavista de Venezuela-, que “no
es suficiente con que cambie un Papa. El Papa es un prisionero de la peor
burocracia del mundo, que se corresponde con el imperialismo dentro de la
Iglesia. La teología imperial de El Vaticano es su principal obstáculo”.
“Tendremos que rezar mucho y seguir el ejemplo de nuestros profetas
laicos para que ocurra una real transformación en el seno del Vaticano. El
verdadero cristiano defiende los valores de Jesús: la lucha por la igualdad, la
solidaridad y la paz. En una Iglesia imperial, lo primero que un cristiano
tiene que ser es antimperialista y anticapitalista”, afirmó entonces.